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sábado, 29 de marzo de 2014

Los besos lo curan todo.

Pupita sana si no te curas hoy te curarás mañana.



Un golpe, una picada, una rascada, un culazo, un arañazo se alivian con un beso sincero y amoroso.
El niño llora señalándote la zona donde le duele para que le ayudes a pasar ese mal rato. Coges la parte dolorida con tus manos y con ternura la besas mientras le puedes decir pupita sana si no te curas hoy te curarás mañana (o lo que tú sepas).
Evita las reprimendas del estilo: ya te he avisado, si me hubieras hecho caso.  El niño ya se ha dado cuenta lo acaba de vivir en sus propias carnes, tal vez más tarde y con serenidad se puede hablar del tema.
Tu amor, tu contacto le consuela mucho. Si además de tus besos le animas a que él mismo también se dé besitos donde le duele, le estás enseñando a cuidarse de él mismo y a quererse. "Mamá o  papá no siempre van a estar para consolarme, yo también me puedo curar y mimar".
El amor hacia nosotros mismos es vital para nuestro bienestar y para poder querer a los demás de verdad.
Si te apetece consolar así a tu peque, alumno, nieto, amigo, sobrino (de cualquier edad) debe ser sincero, que te salga del corazón.
Si lo haces como un puro trámite, si le besas y dices la cantarilla rápido para que deje de llorar le llegará así de falso y su alma no se calmará. A los niños no se les puedeengañar pues sienten por todos los poros de su piel la ternura y la sinceridad.



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